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(1992) A la orilla de la Chimenea




Desde que camina por el bulevar de las voces rotas, parece más Sabina que nunca, más cantor que cantante, más compositor que intérprete, y representa, desde siempre y para siempre, el carisma hecho carne encima de un escenario y en los surcos de cualquiera de sus discos… pero en la canción “la oilla de la chimenea” se sale.
El de Úbeda es quizás el músico español que mejor ha logrado eso tan difícil que es combinar la calidad artística y el éxito comercial.

Lo bueno de Sabina es que tiene una canción para cada estado de ánimo, y así es.

Puedes bailar, reir y cantar bien alto, para reflexionar, para la melancolía y la nostalgia, para el amor y el desamor, para los días lluviosos y los días con sol, para las vacaciones y la vuelta al trabajo, para subir y bajar... y para mucho más, pero sobre todo “a la orilla de la chimenea” cuando te concentras en ver como danzan las llamas al compás de esta canción.

Esta canción de "A la orilla de la chimenea", la firman Joaquín Sabina, Antonio García de Diego, Pancho Varona, José Nodar y Jaime Asúa.

Con este single y con esta canción, Joaquín Sabina hizo promoción del álbum siguiente Fisica y Química. Es un cd muy muy raro.




A la orilla de la chimenea

Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.

Y si quieres tambien
puedo ser tu estacion y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino…

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir
“toma mi direccion cuando te hartes de amores
baratos de un rato… me llamas”.

Y si quieres tambien
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adios y tu “ven”,
tu manta y tu frio,
tu resaca, tu lunes, tu hastio…

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.

Y si quieres tambien
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu dia.

Tu rencor, tu por que, tu agonia…
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina, Pancho Varona



 
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@Tras las huellas de Sabina

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