publicidad

(2002) Donde más duele


01 (4:04) Con Dos Camas Vacías (Con Joaquín Sabina)
02 (5:22) Cerrado Por Derribo
03 (3:09) Una Canción Para La Magdalena
04 (4:32) Medias Negras (Con Lichis De La Cabra Mecánica)
05 (3:18 )Dieguitos Y Mafaldas
06 (5:12) Y Nos Dieron Las Diez
07 (2:24) Por El Bulevar De Los Sueños Rotos
08 (3:45) El Diario No Hablaba De Ti (Con Estopa)
09 (2:41) Noches De Boda
10 (3:14) Esta Noche Contigo
11 (5:39) 19 Días Y 500 Noches
12 (5:33) Ruido



María Jiménez agradecía los piropos cosechados por 40 grandes canciones pero aseguraba que "el gusanillo está bien enterrado". Exageraba, claro: el bicho volvería a sacar la cabeza y en la compañía más insospechada. Lichis, de La Cabra Mecánica, tenía un tema matador, "La lista de la compra", y necesitaba una voz femenina para el estribillo. Un poco acojonado, Lichis se acercó a María. Ella nada sabía del grupo pero asintió y llegó como una reina al estudio: "traedme una botella de Johnny Walker etiqueta negra y os canto lo que queraís"

¡Y cómo cantó!."La lista de la compra" dio el impulso definitivo a la carrera de La Cabra. A María, le permitió comprobar que había otro público, juvenil y alborotado, que tal vez no conocía mucho de su currículo pero que conectaba inmediatamente con su arte de rompe y rasga. Gonzalo García-Pelayo, que había vuelto a visitar el chalet familiar de María en los alrededores de Madrid, puso el cebo. Muy tentador: el plan inicial era un disco que fuera desde las rancheras de José Alfredo Jiménez hasta las canciones de Joaquín Sabina.

De repente María conectaba visceralmente con las coplas de Sabina. Con su verbosidad, su romanticismo de perdedor en amores, su huella de lo vivido, sus gentes y lugares tan próximos....Sabina había escrito el guión para una película que María se iba a ver obligada a protagonizar.

Cuando María repasaba la preselección de joyas canallas de Sabina, saltaba entre el asombro y el deleite: "¡pero si esto parece hecho a la medida para mí!". Un descubrimiento que luego ratificaría el propio autor, igualmente pasmado al sumergirse en las versiones marianas: "claro, claro, así era la canción tal como yo la escribí".

Las canciones sabinianas renacieron como rumbas y bulerías. Por la magia de un equipo entregado, donde estaban veteranos de las grabaciones clásicas, desde el palmero Enrique Pantoja al tocaor Enrique de Melchor. Se sumaron las Heredia, el bajista Antonio Maca, el guitarrista Gerardo Nuñez, el acordeonista Cuco Sánchez y hasta el pianista Joaquín Pareja-Obregón. Todos ellos flamenquizaron el mundo de Sabina y, lo más importante, esculpieron el púlpito para que María sacara lo que llevaba dentro: desgarro, rabia, añoranza, ternura, odio, amor.

Gente bien nacida, al disco se sumaron las voces de Joaquín y Lichis. Y los hermanos Muñoz, alías Estopa, que -literalmente- pasaron por allí y se apuntaron con inmenso deleite. Y pasmo ante la mujer valiente, que respetaba el sexo del protagonista de las historias sabinianas, aún a riesgo de excitar las maledicencias.

También hubo audacias instrumentales. Los arreglistas Hugo Westerdahl y Mané Larregla añadieron guitarras a lo Robert Fripp y ambientes digitales. Atención, no busquen falsedad en esos detalles: resulta que, para María, el tema favorito de Donde más duele es precisamente el que contiene más manipulaciones electrónicas, "Ruido".

Donde más duele no es un artefacto fashion, no sirve como combustible para estetas de lo cutre y amantes de los excesos, verdaderamente no resulta apto para seres de sangre fría.

Aquí hay verdad dolorida, pasión de muchos quilates, solo apta para gente que se arriesga a gozar y que acepta sufrir si las cartas vienen mal dadas.

Medicina para la frigidez del siglo XXI. Tómenla ya. Solos o -mejor- en compañía.





 
Con dos camas vacías

Ni yo bordo pañuelos, ni tu rompes contratos.
Ni yo mato por celos, ni tu mueres por mi.
Y antes de que me quieras como se quiere a un gato
me largo con cualquiera que se parezca a ti.

De par en par te abro las puertas que cierras.
Me cuentan que el olvido no te sienta tan mal.
La paz que has elegido es pero que mi guerra,
lo que pudo haber sido, lo que nunca será.

Yo en cambio nunca supe ir a favor del viento,
que muerde las esquinas de esta ciudad limpía.
Pobre aprendiz de brujo que escupe el firmamento,
desde un hotel de lujo, con dos, con dos camas vacías.

¿Y quién hará tu trabajo debajo de mi falda?,
la boca que era mia ¿de qué boca será?, e
l roto de tu ombligo ya no me da la espalda
cuando pierdo contigo las ganas de ganar.

Como pago al contado, nunca me falta un beso.
Siempre que me confieso me doy la absolución.
Ya no cierro los bares ni hago tantos excesos,
cada beso más triste, las canciones de amor.

Aunque nunca me callo, guardo un par de secretos,
lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer.
Ni me caso con nadie, ni le pongo amuletos,
por no tener no tengo ni edad de merecer.

Maldita sea la tinta que empapa mis papeles,
maldita la tercera persona del plural,
 las uñas que se clavan ahí donde más duele,
si se te corre el rimel cuando me haces llorar.





...

@Tras las huellas de Sabina


índice "sembrando acordes"







No hay comentarios: