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(2001) El hijo del ferroviario


1.Nada nuevo bajo el sol (Víctor Manuel)
2.El hijo del ferroviario (Víctor Manuel) ...Joaquín Sabina es muy aficionado a los trenes...
3.Dueña y señora (Víctor Manuel - David San José Cuesta)
4.Hay más de dos caras (Víctor Manuel)
5.A la mar fui por naranjas (Popular asturiana) *Con José Ángel Hevia
6.No es bueno que el hombre esté solo (Víctor Manuel)
7.Por mi culpa (Víctor Manuel)
8.María de las Mareas (Víctor Manuel - David San José Cuesta) duo con Joaquín Sabina
9.24 horas (Víctor Manuel)
10.Si nos llegaran los niños (Víctor Manuel)
11.Las vidas de un pantalón (Víctor Manuel)
12.El hombre sin recuerdos (Víctor Manuel)
13.Eres una isla (Víctor Manuel)
14.Ojalá tengas suerte (Víctor Manuel)



Este álbum en “solitario” de Victor Manuel San José, donde en solitario está “entrecomillado”, porque en este disco participan una multitud de compañeros: Ana Belen, Joaquín Sabina, Hevia, incluso el hijo de Víctor --- David San Jose.

El disco dedicado a su padre, es ahora cuando por primera vez le escribe Victor Manuel una canción a su padre

En todo este trabajo, la actuación mas perceptibles es la del dúo que se monta precisamente con Joaquín Sabina con la canción “María de las Mareas”. Siguen siendo muy buenos amigos a pear de que abina siempre hace alguna trastada, ahora recuerdo que les hizo retrasarse en la entrega del libro “diario de ruta2 referente a la gira “el gusto es nuestros” porque le encargaron el prólogo a Sabina (vaya un pirata

También tiene un carácter muy personal si se analiza que le escribe una canción a su padre, dos a Ana, una a u hija… le escribe dos canciones a Ana… estilos entremezclados dando un coctel lleno de frescura y colorido.


María de las mareas

Cuando ella nació su padre estaba embarcado.

Cada tres meses, dos andaba al pescado.
Su madre quiso llamarla como a la Virgen
Que siempre la acompaña en su desamparo.

Si mira hacia atrás su vida todo son barcos,
Hacia adelante el rumbo lo tiene claro,
Se enrola con la Marina y pasado un año
Se bautizó en el Juan Sebastián Elcano.

Detrás de los cristales brillaba Nueva York.
Nadie invocó al amor en esa habitación.
Nada importa que tu te llames Bruno,
Yo tampoco me llamo Marisol.

Cumplir los veintidós bien vale un revolcón.
El uniforme vela doblado en un sillón.
Poco antes de las doce está de vuelta
El marinero cientotreintaydos.

Como era su cumpleaños la echan al agua.
A todos sus compañeros les hace gracia.
Pero ella no se permite ni una confianza,
Ni un gesto, ni una palabra, ni una mirada.

Comida por fantasías se le acelera
El pulso cuando el vigía les grita "¡Tierra!"
La Habana, la más amada, le abre sus puertas
Y un mulato la invita a dar una vuelta.

Si no hay habitación la cosa es pedalear,
Llegar al Parque Lenin, al sur de la ciudad.
Si no hay sabanas blancas esa Luna
Se ocupará de todo lo demás.

De la tierra subía perfume de guayaba
Y les anochecieron las piernas enredadas.
Se quitaron las hierbas de la espalda
Y a la vuelta ella quiso ir en la barra.

María de las Mareas vuelve a su casa
Con sus galones y en todo bien graduada.
Será pronto capitana de una fragata,
De su promoción la joya más codiciada.

María de las Mareas, así me llaman.
Pisé cinco continentes y los recuerdos
Son lo que son y tengo en todos los puertos
Como escuché que hacían los marineros.

Me aburro en la ciudad, la vida es siempre igual.
Si no estoy embarcada me pongo a navegar.
Buenos Aires, La Habana, Alejandría,
Barcelona, Marsella o Ámsterdam.

De Vigo a Nueva York, de Panamá a Estambul,
De Hamburgo a Copenhague, de Haifa a Veracruz.
No pienso detallarles como fue.
Tenía sed: me dieron de beber

(Victor Manuel)... Joaquín Sabina la cantó a dúo en esta colaboración
 
El hijo del ferroviario:

Toda mi vida he visto pasar trenes
puedo recordarme jugando en los andenes
por eso nunca tuve ninguno de juguete
eran suficientes los que había en frente
trenes como topos dentro de la noche
llenaban el sueño de rumbos sin nombre
y en la madrugada chirriaban las vías
cuando se arrastraba el tren de mercancías
trenes del domingo que llevan a la playa
bajo la sombrilla chorizo y empanada
tren de los que marchan tren de los que vuelven
trenes de madera sobre un prado verde
dejando una estela de uno a su paso
como borreguitos de algodón tan blando
que se iban al cielo buscando el abrazo
de nubes que pasan sin hacerles caso
el tren que una noche me llevó tan lejos
era tan veloz que se llamaba expreso
los trenes a veces no tienen misterio
huelen a comida y sudores viejos
tren de los fracasos y las despedidas
que una madrugada se llevó a Delfina
aún cielo sin trenes a un limbo sin vías
con su colorín todo y su banderita
trenes de soldados con rumbo a Castilla
todos asomados por las ventanillas
algunos miraban ojos vidriosos
quizá fuera el humo o la de carbonilla
trenes con ovejas balando su espanto
cerdos que gruñían gallinas caballos
para aquellos trenes nunca había prisa
se quedaban horas en alguna vía
mi padre por cierto era ferroviario,
hijo de la guerra vencido humillado
y en el tren de Oviedo por todos los santos
iba de su mano a dejar un ramo
en la fosa común donde estaba enterrado
su padre y mi abuelo por republicano
y el viaje de vuelta leía el jabato
mientras él miraba un punto muy lejano
mi padre por cierto era ferroviario
y a mi de pequeño me hubiera gustado
ponerme la gorra agarrar el silbato
y con la bandera dar salida al talgo
mi padre por cierto era ferroviario
(Victor Manuel) dedicada a su padre


“lo bueno de los años es que curan las heridas, lo malo de los besos es que crean adicción”… quien mejor para hablarnos de adicciones que el amigo Sabina, aunque yo diría que la adicción a los besos nada tiene de malo….

“a menudo, los labios már urgentes, no tienen prisa.. dos besos después.” También dicho por Sabina y que razón tiene… y su amigo Victor Manuel se pregunta: ¿a dónde irán los besos que guardamos, aquellos que no damos?... si alguien lo averigua que me lo diga… tengo curiosidad.



...


 @Tras las huellas de Sabina

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