1. Luna Negra
2.Cerca del mar (Jorge Drexler)
3. Tú
4. era de amar
5. 730 días
6. Ganas de ti
7.Zamba del olvido (Jorge Drexler - Joaquín Sabina)
8.Un lugar en tu almohada
9.La luna de espejos (Jorge Drexler)
10.Tu voyeur
11. Dos colore: Blanco y Negro
12. Caiven
13. Ana
Jorge Drexler edita su segundo disco, "Radar", con el sello Ayuí, en diciembre de 1994, y de nuevo recibe una inmediata respuesta positiva por parte de la crítica local. Ese mismo mes es el encargado de la apertura de las publicitadas presentaciones de Joaquín Sabina en el Teatro de Verano de Montevideo. Favorablemente impresionado por Drexler, el artista español lo invita a Madrid, ciudad a la que Jorge llega en febrero de 1995. Gracias a su apadrinamiento sabinero, Jorge Drexler se comenzará a codear con las altas esferas del mundo de la música en España. Gracias a ello grabaría su tercer disco, primero en España. "Vaivén",en 1996, se convertiría en una mezcla entre temas ya editados en Uruguay y otros nuevos, con nueva producción de Gonzalo Lasheras.
Un disco menos “uruguayo” y tirando a una sonoridad jazz. Colaboraciones de lujo como las de Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Javier álvarez enriquecerían un lanzamiento que se convertiría en todo un filón y el inicio de una imparable carrera. Varias de estas canciones serían grabadas por grandes artistas como Ana Belén, Miguel Ríos o Víctor Manuel y Pablo Milanés, comenzando una larga serie de colaboraciones que van desde Ana Torroja, Ketama, David Broza, Rosario, y un largo etcétera.
Un disco menos “uruguayo” y tirando a una sonoridad jazz. Colaboraciones de lujo como las de Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute o Javier álvarez enriquecerían un lanzamiento que se convertiría en todo un filón y el inicio de una imparable carrera. Varias de estas canciones serían grabadas por grandes artistas como Ana Belén, Miguel Ríos o Víctor Manuel y Pablo Milanés, comenzando una larga serie de colaboraciones que van desde Ana Torroja, Ketama, David Broza, Rosario, y un largo etcétera.Joaquín Sabina colabora con Jorge Drexler , apadrinándole en este disco “Vaivén” participando en algunas de sus canciones como Zambra del olvido y otras de las que se detallan sus letras a continuación:
Cerca del mar
Una bolsa de leche encallada en la arena,
un murmullo azul como un cascabel,
un viento salado que se mete en las venas,
una algarabía estira, estira la piel.
(Desde el sol caía un velo blanco, luz del mediodía).
Cerca del mar.
Toda piel se vuelve presa del yodo,
toda bisagra se vuelve a herrumbrar,
todo el mundo dice pasar de todo,
y todo el mundo vuelve, vuelve a probar.
(Una casa blanca se va hundiendo sola entre las dunas).
Cerca del mar, cerca del mar.
Una vez se fueron hasta la playa,
una noche antes de Carnaval,
una vez se pasaron de la raya,
todo el año para rememorar.
(El viento llevaba una guitarra lejos en la noche).
Cerca del mar, cerca del mar,
cerca del mar, cerca del mar.
Una sombra crece en el horizonte,
una carpavuela en el temporal,
los bañistas como pueden se esconden,
cargan con lo que pudieron salvar.
(Ese mar no es agua y sal, es sangre verde y desbocada).
Un rastafari del barrio de Pocitos,
flota en el sopor de la grappamiel,
prueba la madera de un entrepiso,
haciendo el amor en puntas de pie.
(Todo brillo es oro bajo el lente leve del verano).
Cerca del mar, cerca del mar,
cerca del mar, cerca del mar.
Zambra del olvido
Olvídame,
esta zamba te lo pide.
Te pide mi corazón
que no me olvides, que no me olvides.
Deja el recuerdo caer
como un fruto por su peso.
Yo sé bien que no hay olvido
que pueda más que tus besos.
Yo digo que el tiempo borra
la huella de una mirada,
mi zamba dice: no hay huella
que dure más en el alma.
La luna de los espejos
Mabel, dejó
el bolso con unas amigas
y salió a bailar,
las luces violetas la protegían.
Mintió la edad
cruzando la pista vacía,
y lo abrazó,
sonaban las lentas, lo permitían.
Y la música siguió,
y la pista se llenó.
Giraba conversando con él.
Se habían visto alguna vez,
un baile en el club de Salinas,
los comentarios de rigor, y la mano en la espalda la sostenía.
Un mostrador
de mesas de salón de clase.
La multitud.
La luna de espejos giraba en el aire.
Y la música ayudó,
vió la pista oscurecer.
Su cuerpo recostándose en él.
Mabel dudó,
pero no movió la mejilla,
y besó también,
fingiendo saber mientras aprendía.
Y la música cambió,
y la música despertándose,
y aquel perfume nuevo en la piel.
...
@Tras las huellas de Sabina
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