En mis idolatrías vaginales
nunca faltó un ménage a cien en verso,
una orgía con misses subnormales,
un viaje a Benidorm con el Imserso.
Adicto a los pecados veniales
en onanistas aguas floto inmerso,
devoto de caricias animales
que hagan menos Aznar el universo.
Entre pezones y Millás, qué lujo
de siliconas, Savater, botellas,
¿talones? a calle melancolía.
El que ilustra responde del dibujo,
Interviú, señoría, de las querellas,
yo de la voz, porque esta boca es mía.
Joaquín Sabina (Mayo de 2004)
Publicado en Interviú
@Tras las huellas de Sabina
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