Antonio Vega y Joaquín Sabina coincidieron en una canción para Miguel Rios, llamada "aprendiendo a vivir" grabada en su LP "El año del cometa" Polydor, 1986
Subido en su propia ola, en 1983 llega El rock de una noche de verano (en el que por primera vez Sabina colabora con Miguel), en la estela de lo realizado hasta ahora y con el trío productor habitual en la dirección; y en 1984, Ríos y Narea producen La encrucijada, otra buena colección de canciones (versionando incluso a Silvio Rodríguez, Charly García y Alejandro Lerner). Son trabajos interesantes, pero, en general, aquejados de un cierto continuismo. Y es que el inquieto Miguel, muy probablemente, iba acelerado, a mil por hora, grabando un disco por año y enlazando giras, sin tiempo para grandes reflexiones. Pero en 1985, la gira Rock en el ruedo (que dio lugar a un LP recopilatorio, con el inédito que titulaba el espectáculo) tiene que suspenderse por problemas diversos, lo que da tiempo a que este superviviente de mil batallas pueda parar y, lo más importante, dar un giro de timón y reinventarse una vez más.
Miguel es culo inquieto y lleva demasiado tiempo asentado en el mismo sonido, así que recurre a un productor guiri, Tom Dowd, y busca nuevos rumbos musicales pidiendo la colaboración de creadores que, en principio, podrían parecer ajenos a él, como los hermanos Auserón, que le entregan la poderosísima "El ruido de fondo", la canción que abre este El año del cometa que también trae la extraña unión, aunque funciona perfectamente, de Antonio Vega musicando una letra de Joaquín Sabina en "Aprendiendo a vivir". Además, "Latinoamérica" deja constancia de la fascinación habitual que los españoles sentimos al encontrarnos con aquellas tierras por vez primera y a la que Miguel no es ajeno: Ha recorrido el continente con su directo, cosechando un notable éxito en México.
Miguel celebra sus veinticinco años en la música (deja constancia de ello en "Todo se lo debo al rock and roll") y logra una vez más dar el necesario salto: No hay duda de que este es un disco plagado de programaciones ochenteras, como en entregas anteriores, pero suena más contemporáneo –aunque moviéndose siempre en patrones de rock clásico, la elección de las canciones parece más meditada y escuchar su voz en temas como "El año del cometa" o "Latinoamérica" resulta un auténtico placer.
Reeditado en CD por Universal en 2005.
Aprendiendo a vivir
Ese niño que fui yo,
que se parece tanto a ti
el que quería ser mayor
para escapar, para elegir.
Potro del sur, ebrio de luz
aprendiz de jugador
el mundo no era mas
que un imposible rock and roll.
Misa de doce, patio de un cuartel
ovejas negras, niños bien.
hoy todo estaba decidido,
regularon nada daba acción
a los chavales como yo.
Ese joven que soy yo
que se parece tanto a ti
aun conserva en su interior
algo del niño aquel que fui.
Ese tipo corazón, lo va a deshojar
al fumar la pipa de la paz.
Al igual que tu,
si me mantengo a flote a sido porque
nunca he dejado de nadar.
Aprendiendo a vivir
aprendido a saber decir que no.
Aprendiendo a sufrir
la saliva de la incomprensión.
Aprendiendo a vivir
en este siglo feroz
Aprendiendo a seguir
contra viento y marea siendo yo.
Ese tipo corazón…
Aprendiendo a vivir
a coger en marcha el autobús
Aprendiendo a leer
en los ojos de la multitud.
Aprendiendo a vivir
amando contra reloj
aprendiendo a seguir
el compás de la imaginación.
Aprendiendo a vivir….
Letra: Joaquín Sabina y Antonio Vega - año 2000
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