Expósito Miró con la de Alba,
Colate, la ocasión la pintan calva,
ay ya ya yay.
El candelabro de la Mazagatos
ata los huevos de san Cucufato
por si las flais.
Mientras los churumbeles de Ángel Cristo
confirman que los bárbaros son listos
que crucifican,
en el asiento mórbido de un Volvo
se curan Titas Thyssenes con polvos
de pica pica.
Mick Jagger da sexagenario brinco,
Keith Richards se encabrita, te la jinco,
sweet Condoleezza.
Bagdad no se merece tal espanto,
tanta mentira, tanto desencanto,
tanta tristeza.
Pareos ibicencos de Marbella,
Pantoja von Muñoz, la arruga es bella
cuando es dorada.
Milas, Gunillas, Venus con varices,
Dinios con moscas, santas meretrices,
menos es nada.
Y, al cabo, la rentrée en el Parlamento,
sí, señor, a la orden mi sargento,
pobre Roquetas.
Al guardia civilón, si no dimite,
la gente del montón va a hacerle un quite
por metralletas.
Por no hablar de Robinho, el tripartito,
el clan de Maragall, el finiquito
del estatut.
El Carod de los juegos malabares,
el vals del conde duque de Olivares
força al canut.
Tercetos otoñales, resumiendo,
maldito corazón, sobreviviendo,
sol de membrillo,
a la caduca flor del desamparo,
al vano bla bla bla, si me disparo
culpo al gatillo.
Corte de los Borbones en Mallorca,
Bárbaras reyes, a la fuerza ahorcan
en las regatas.
Vánitas vanitatis de secano,
infierno forestal, otro verano
sin serenatas.
Joaquín Sabina. Madrid en obras, septiembre de 2005
Publicado en Interviú
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@Tras las huellas de Sabina
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