publicidad

Dos toreros de catorce


Morante
Desde que Paula no y Curro tampoco,
desde que ni Tomás va por delante,
desde el chao de Chenel, cuando me enroco,
me equivoco de Puebla y de Morante.

Vuelve al albero pa volverme loco,
verónica viuda del instante,
andares singulares, casi poco,
casi más, casi caballero andante.

Agosto, qué calor, de feria en feria,
templando los juanpedros y la histeria
del sol y de la sombra de Caín.

A triunfar, que la tarde está que arde,
ajústate los machos de cobarde,
la jindama, el alarde, el corbatín.

Cayetano
Vástago de la jet, cara de moro,
payo con alamares de gitano,
veintisiete y primer hambre de toro,
es de Ronda y se llama Cayetano.

Viene huyendo de un mutis por el foro,
Rivera Ordóñez, cristo del pagano,
bordando un quite, del rebaño al coro,
envida los envites de su hermano.

Curro Vázquez lo mima y lo desteta,
por si rima con él y se embragueta
reinventando el milagro del toreo.

Lo espera la Maestranza a ras del siete,
como al abuelo, como a Manolete,
de purísima y oro en el paseo.

Joaquín Sabina. Entre Sevilla y Triana, agosto de 2005
Publicado en Interviú
...

@Tras las huellas de Sabina


No hay comentarios: