Malatestas coronadas. Segunda entrega
Con sus pomelos al sol
que más calienta, endemol,
entre Marbella y Macondo,
casting de putón de playa
que no tira la toalla
sino ante un talón sin fondos,
cobrando por un completo
más que yo por cien sonetos,
perdonen que no me ría.
San Perignón, don Perico,
geisha de un primate rico
que vomita en plena orgía.
No hablo del Papa ni de Rainiero
esta semana porque no quiero
jurar en vano,
ni de sir Harald, el de Noruega,
papi de un Haakon que no reniega
de Mette mano.
Ayer la novia de España
era una mari castaña
de castañuela salobre,
si no humillaba el torero,
se arrimaba a algún tendero
que la sacaba de pobre.
Ahora se llaman Vanessas
y ejercen de baronesas
o de Cortinas de banco,
le ponen cuerpo de jota
al tribunal de la Rota
que las descasa de blanco.
No hablo de Arabia ni de Marruecos,
ni de los jeques ni de los flecos
de la sultana,
marciana, cónclave telecinco,
toma tomate que te la jinco
televillana.
Portadas en Interviú
amortizando melones
clonados de silicona.
Al Juanca le habla de tú
y una peña de trincones
la trincan en Barcelona.
Y en Milán Dolce y Gabbana
le despampanan ventanas,
fulana de escaparate.
AcrapulcoidoLatría,
candelabrortografía
vaso de culo de yate.
No hablo de Claus ni de Fabiola
ni reina sol de la coca cola
con hemofilia,
sino de las princesas plebeyas,
con un contrato de seis estrellas
pa su familia.
Cuánto vidente con moscas
qué lehendakari, qué ceño,
mueran las arias de Tosca,
viva Pepe el marismeño.
Joaquín Sabina. Callejón prêt-à-porter, abril 2005
Publicado en Interviú
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@Tras las huellas de Sabina
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