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Rafael Sánchez Ferlosio




Al hijo del ministro falangista que inspiró ‘Soldados de Salamina’, al novio de Carmiña Martín Gaite, al hermano mayor del maestro Chicho, que nos dejó tan huerfanitos, le han concedido el Cervantes por méritos sobrados. Los otros candidatos eran Ángel González, Juan Marsé, ídem Goytisolo, Gamoneda, Pepe Caballero y Fernando Savater. Esta es mi glosa.


Al vástago de un quinto de Salamina,
al viudo de la boina martingaitera
lo declaran preclaro en vez de ruina,
le cambian el otoño por primavera.

Al hermano de Chicho lo han coronado
con mancos de Lepanto y pitiminí,
los pecios de la fama le han embargado
el Jarama, Yarfoz, D’Annunzio, Alfanhuí.

Pero que nadie olvide que estos laureles
ciñeron a una tal no sé qué Loynaz,
ni Borges, ni Gerardo, sus altas mieles
pudieron, ex aequo, paladear.

Ocioso recordar cómo san Camilo
reculó hacia adelante a paso ligero,
nunca hacía putada si no había hilo
que cortara su espada de pendenciero.

Porque los fastos goldensanchopancescos
poco tienen que ver con la pluma encinta,
pero al vate canoso los versallescos
honores le calientan imprenta y tinta.

Contra nadie lo digo sino a favor
de la palabra escrita, bien hilvanada,
no me analfabeticen, narices, por
estar en pie de guerra versus la nada.

El caso es que este acierto es tan acertado
que ni los macedonios dicen que no,
pero, perdónenme, yo hubiera votado
a Arcángel, al tío Pepe o al Guinardó.

O al cuarto candidato, bien importante,
Fernando Savater de mis entretelas,
no suelo coincidir con Cabrera Infante
pero en esta ocasión su violín consuela.

A Marsé, don González y Gamoneda,
al mejor Caballero, al gran Goytisolo,
se les queda una cara B de moneda
cuando la flauta dulce suena a Bartolo.

Mejor tomarse a coña los galardones,
a Kissinger le dieron el premio sueco
y yo quisiera, por mis santos garzones,
verlo en una mazmorra de Alcalá-Meco.

Lo peor del Cervantes es que la tuna
te canta clavelitos a bocajarro,
sin saber que la estatua de la fortuna
no muda por diamante su pie de barro.

“Aserejé, ¿why not?”, dijo don Quijote,
hace rato que Rato ha abierto la veda,
si hay millones que votan al del bigote,
que le den el Cervantes a Avellaneda.

Joaquín Sabina. El Toboso, diciembre de 2004
Publicado en Interviú

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@Tras las huellas de Sabina



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