Los autores, primeras figuras de las artes y las letras, y que nada tienen que ver con el mundo del toro, expresan a su manera lo que les ha inspirado la Tauromaquia de José Tomás…
“Reflexiones sobre José Tomás” recoge por tanto los textos de un ramillete de autores sobre su impresión del diestro José Tomás, el personaje más enigmático y misterioso de la Tauromaquia del siglo XXI y que más pasiones levanta. Los autores, primeras figuras de las artes y las letras, y que nada tienen que ver con el mundo del toro, expresan a su manera lo que les ha inspirado la Tauromaquia de José Tomás.
El cantautor Joaquín Sabina, la escritora Nuria Amat, el filósofo Víctor Gómez Pin, el dramaturgo y director de Els Joglars, Albert Boadella, el periodista Salvador Boix y el guitarrista Vicente Amigo… cada uno de ellos definen, lo que para ellos es la figura de este impresionante y valiente torero madrileño (de Galapagar). Además, un apéndice final narra una pequeña biografía del diestro. La obra está ilustrada con dibujos de Robert Ryan sobre la Tauromaquia de José Tomás.
Joaquín Sabina, maestro de las letras, sigue con su alma y pluma en mano desde hace años a José Tomás. Cuando el de Galapagar no torea, Sabina se dedica a grabar canciones únicas, a emocionar con su poesía seductora a una audiencia infinita en sus conciertos (¡no hay billetes!) durante sus giras por todo el mundo o a recoger célebres premios por su obra. Pero ha tenido tiempo para hacerle un homenaje a José Tomás a través un intenso y excepcional poema titulado “De purísima y oro”, que os publico a continuación para vuestro disfrute:
De purísima y oro concebido,
prófugo de la muerte y el olvido,
sangre sabia, pasión por soleares,
corazón repartido en alamares,
sacerdote de un rito milenario
que incendia la razón y el calendario
porque, si en San Isidro no torea,
el Cossío parece una capea.
Barcelona, Linares, Almería,
Galapagar, Puerto Santa María,
Manizales, Granada, Aguas calientes,
Málaga virgen, México insurgente,
Torre del Oro, aljibe ultramarino
que goza convirtiendo el agua en vino.
Qué modo de vivir, qué desmesura,
qué romance del duende y la bravura:
Pucela, Nimes, Acho, siete en celo,
lo que menos importa es tocar pelo,
lo que más la escultura tan antigua
del toro y el torero en la manigua
menguante cuando todo es casi nada,
Sabiondo, Azucarillo en la almohada
y, en capilla, Madrid, 5 de junio,
senado de Las ventas, plenilunio
del milagro imposible que sucede
cuando en mitad del ruedo quiere y puede
redimir la fugaz manoletina
citando de verdad, sin purpurina,
encelando al morlaco salmantino
(maestro, al aparato Lupe Sino).
Juan Belmonte y Gallito, edad de oro,
tercio de quites ¿falta o sobra toro?
el caso es que Tomás, en el paseo,
parece Apolo, Lucifer, Orfeo,
y, en la distancia corta, se adivina
que desenreda el tedio y la rutina.
¿Qué coño mártir? Toreador, señora,
dijo Bizet poniendo su alma en hora.
Desde que tiene fans a punta pala
alterna con Fray Rulfo chez Comala,
con quien suscribe, con Vicente Amigo,
colchoneros cabales antiombligo,
adoradores de canela en rama,
desertores del virus de la fama,
que, si huelen su nombre en los carteles,
rescatan la querencia de caireles
y llevan al tendido a la parienta
tumbacristos, escote que revienta
de ganas de Tomás, cuerpo presente
a horcajadas del sueño de la gente.
Ordóñez, Dominguín ¿quién dijo miedo?
¿Hemingway? más mola José Alfredo
que sigue siendo el rey, cuando mi primo
se cruza en buena ley, yo sumo y rimo
porque la gringa va como una moto
retratando al maestro (pie de foto)
que no sabe decir que su toreo
es un modo de ser, un camafeo
que guarda la memoria de un pasado
sublime, atroz, violento, enamorado.
Primavera en la huerta, pintan fallas
y luego la Maestranza sin pantallas
digitales que todo lo envilecen
confundiendo el ruido con las nueces.
Mirándose por dentro, hace el paseo
sabiéndose delfín, obispo, reo,
desplegando el capote en amapola
(no tiene pasta la revista Hola
para invitarlo a rabo de sobrero)
como los rojos no llevan sombrero
le brindé un Panamá, cancha de Boca,
náufrago que atormenta cuanto toca,
Mariachi, Laborioso, Cartuchero,
Campanario, Jumito, Comunero,
Idílico, Dakar, par de pitones,
Falador, Exhortado, bendiciones
para el clavel del nueve, legionario
que limpia de polilla el incensario
con la patita alante y medio pecho,
punto de cruz, en corto y por derecho,
y el nieto del abuelo Celestino
rompe la puerta grande del destino,
Cúchares, Lagartijo, dios, Cagancho,
Quijote en vena, Pocapena Sancho,
quiero decir, Tomás, que necesito
tu gambito de dama, pan bendito,
pobrecito quien vaya por delante,
tercio de quites, Belzebú mediante.
La andanada del ocho no perdona
tus Nimes, tus después, tus Esteponas.
A la hora de fundar la primavera
te cambio mi bombín por tu montera,
tus cicatrices por mis vanidades,
mis meretrices por tus soledades,
Hay que ver, corazón, la que has liado,
poniéndote en el sitio reservado
al alma que respeta tanto al toro
que lo invita a fumar tabaco y oro.
Por taleguillas canta Vinatero
la balada del rey de los toreros.
(Joaquín Sabina)
Galapagar, a mis cuarenta y veinte
... Y para completar este apartado, conociendo un poco más a José Tomás, os publico un reportaje del cronista taurino de Onda Cero José Antonio Jiménez, glosando a este torero tan especial y amigo de Joaquín Saina… Lo titula “JOSÉ TOMÁS NO ES EL MISMO, PERO...” disfrutarlo y conoceréis un poco más a este valiente del mundo del toro… (Nosotros conocemos al padre de José Tomás, que fue alcalde de Galapagar, … y me acuerdo de un desayuno espectacular “huevos de granja con ajito machacao y aceite de Jaén”, … pasamos una velada estupenda con él en casa de mi amigo y maestro, el escultor Juan Moral, tomando esta maravilla que Juan nos preparó)… pero en fin, dejemos de comiditas y vamos a disfrutar del artículo de José Antonio Jiménez, que dice así:
“… En Jerez el de Galapagar volvió a bordar el toreo. Si bien no fue una tarde redonda comparada con las que ha dado en El Puerto, si pudimos paladear la dimensión de la torería y empaque de un diestro distinto que rompe con la monotonía de toreros que como dice Paula: "Vueltos de espaldas parecen todos los mismos". José Tomás tiene personalidad. Dicen que se parece a Manolete o que intenta imitarlo. Por esa misma regla de tres, Vicente Barrera es la reencarnación en carne y hueso (absténganse de comparaciones que puedan resultar odiosas) del monstruo de Córdoba. Por cierto que según los buenos aficionados, ya curtidos en mil tendidos, al que si se asemeja José Tomás es a Mondeño. Con espíritu de teórico habría que decir que José Tomás no es el mismo de hace dos temporadas pero con alma de aficionado, el diestro de Galapagar no ha perdido un ápice de misterio y duende.
En todas las épocas han existido forofos de un torero, joselitistas, belmontistas, paulistas y curristas se han acercado a las plazas atraídos por algo inexplicable que no es otra cosa que la emoción, "el pellizco", el arte o como le quieran llamar. Con José Tomás puede que esté pasando algo parecido. Incluso ya se escriben libros sobre él, en los que autores de diferentes manifestaciones artísticas se declaran "tomasistas" aférrimos. El último ejemplo lo encontramos en "Reflexiones sobre José Tomás" donde cantautores como Joaquín Sabina se declaran enamorados del arte de José Tomás o en otro libro recién publicado titulado "José Tomás. Claves y rituales de un enigma", el autor es Javier Villán (crítico taurino del Diario El Mundo).
La presentación de este último libro fue el Círculo de Bellas Artes de Madrid y a ella asistieron entre otros Albert Boadella, Fernando Sánchez Dragó, Emilio Torné y Joaquín Sabina. Lo único malo es que este ambiente de glamour intelectual enrarezca más al toreo de lo que está porque ustedes me dirán lo que puede dar de si una tertulia entre todos los anteriormente citados. El resultado puede ser una empanada mental de aquí te espero. Pero como no hay más cera que la que arde y los demás solo quieren cortar orejas pues bienvenido sea todo este ambiente un poco pedante.
José Tomas no se ha conformado con trazar líneas perfectas del toreo sino que ha buscado dentro de si su verdadera identidad y como artista interpreta lo que lleva dentro, estando al margen de críticas, teóricos e ilustrados periodistas. Un hecho muy significativo es que hace dos años todos estábamos de acuerdo y ahora unos que si y otros que no, pues bienvenida sea la polémica. Por otro lado no hay que olvidar el tirón taquillero que sigue teniendo o el mando que tiene sobre las empresas a la hora de elegir uno por delante y este o aquel toro, hecho solo reservado para tres o cuatro. Parece ser que la mala temporada del año pasado le ha servido para tomar aire y reencontrarse consigo mismo. Ahora, es verdad que no es tan perfecto pero ha ganado en arte, estética y plasticidad.
El toreo es un mosaico y gracias a Dios siguen existiendo toreros como este que le dan a la fiesta un toque de magia. José Tomás está en el punto de mira como lo ha estado Enrique Ponce, Espartaco (al maestro le recuerdan muchos, como dice un buen compañero, por ser buena gente y no por el mérito de haber sido el torero que más años ha sido el número uno del escalafón de la historia), Paco Ojeda, Antonio Ordóñez, El Cordobés, etc, a todos como figurones del toreo se les ha puesto en tela de juicio.
Curiosamente estos y otros tantos han tenido y tienen una personalidad distinta e intrasferible. Los demás incluso toreando mejor, caso de Rafael Ortega pasaron al olimpo de los dioses con más pena que gloria y sin ser reconocidos como se les merece. En el arte es muy difícil aunar criterios y más aun cuando el artista es genuino. Es entonces cuando los puristas se rasgan las vestiduras y afirman estar iluminadas por estar ellos en posesión de la verdad.
Por citar un ejemplo algunos estudiosos e ilustrados críticos del flamenco afirman que Camarón no hacía el cante de verdad y además lo desprecian como algo apócrifo que está al margen del cante puro. Como si en esto del arte hubiese unas medidas exactas y cánones inalterables, cuando precisamente esos que se lo han saltado han sido los genios.
Y es ahí cuando hay un juez que dicta sentencia y ese no es otro que el tiempo. Todo lo que perdure en la retina de los aficionados será lo auténtico. Quizás José Tomás va camino de ser un torero irregular y estará al margen de cifras y estadísticas dado su espíritu no competitivo. No es el primer caso, muchos han entendido el toreo así y han estado en esto el tiempo que han querido. A lo mejor se recordarán sus faenas a lo largo de la temporada con los dedos de la mano pero esas serán imborrables y únicas. El caso es que no pasa inadvertido. El paso del tiempo nos sacará de duda.”
...
@Tras las huellas de Sabina
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