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Telenovelas para no soñar





A Ylenia, la única buena chica de este infierno

Como si fueran Sadam y el tío Bush,
nos prometieron con Lydia y Al Bano
otro grano de pus.

Como si no sobrara con el Hola,
me inspirará la canción del verano
un fiambre que mola.

Como si todo el monte fuera orgasmo,
como si se vengara la locura
de un tal Erasmo.

Como si nada fuera como es,
a la Bastilla trepó la incultura
con su olor a pies.

La bella Ylenia, en el fondo del río,
mirando a los payasos de la tele
volver del Rocío.

Las berlusconas no tienen clemencia,
cobrando el doble, en la zona que duele,
triplican la audiencia.

La Botticelli de Nueva Orleans
quiso crecer descreciendo al revés
de Peter Pan.

Un viejo hippie, una frambuesa en bruto,
una mañana escapando de ayer,
con un macuto.

Y el pueblo llano silbando encantado,
nada mejor que la cadena amiga
del encadenado

para que llegue hasta el cuello la mierda,
aúpa Atleti, si pierde otra liga,
me pido una cuerda.

Torvo aquelarre de brujas Lozano,
lo mismo da si es verdad o mentira,
pájara en mano.

La Mona Lisa huérfana del ego
debe estar muerta, porque no respira,
pero da juego.

Estos quebrados no son gongorinos,
rimando en necio, pues los paga el vulgo,
realquilo mis trinos.

La rueda ruede, los molinos muelan,
por muchas hostias que dé, no comulgo
con Rouco Varela.

Lo malo son los relojes acuario,
timbre de urgencia desde el más acá,
hebdomadario.

Boris empacha el mester de Zerolo,
bien Buenafuente, hasta nunca Sardá,
no estoy tan solo.

Joaquín Sabina. Junio de 2005
Publicado en Interviú

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@Tras las huellas de Sabina


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